viernes, 25 de marzo de 2011

Un poeta en París. Parte 2

Una gran agonía invade día a día a nuestro querido poeta. Quisiera parar el tiempo, aunque sólo fueran unas horas, para poder plasmar en un papel todas esas ideas guardadas durante años y años, y encontrar la paz. Pero, queridos amigos, no todos los cuentos son fantásticos y nuestro poeta no tiene ninguna máquina del tiempo, aunque a menudo sueñe con ella en esas pequeñas horas en las que el deber descansa y podemos cumplir nuestros sueños, hasta que el trágico despertador nos devuelve a la realidad. ¡Oh maldito despertador! Fatídico despertador que nos anuncia que volvimos a perder otro día y nuestros sueños empequeñecen más y más. Pero nadie repara en eso. Solo nuestro poeta se despierta día tras día, derrotado por el cansancio de luchar y luchar contra el tiempo mientras que su hijo refunfuña por el mal despertar de su padre, sin entender, que los adultos, aunque muchas veces lo nieguen, también tienen sus sueños e ilusiones irrealizables, absurdas incluso, pero que esconden por ese gran miedo a lo que puedan decir.

Pobre poeta, además de estar atrapado entre el tiempo y el deber, busca siempre buenas palabras de los demás. Pero nadie puede ser perfecto, y aunque los demás no le encuentren defectos, tiene el mayor defecto del mundo: no ser él mismo, no hacer lo que él quiere. Ya que solo vivimos una vez, y sería una pena desperdiciar nuestra vida en contentar a los demás sin valorar lo que nuestro corazón realmente siente.

viernes, 18 de marzo de 2011

versos sueltos

Mirada lánguida del espejo
más allá del cristal de mis ojos
vacío y mustio.

Sueño soñar y no despertar
sueño un sueño de sueños eternos
tranquilidad indolora.

viernes, 18 de febrero de 2011

pensamientos 03


A veces la vida te depara un camino que no querrías escoger. Es como si una pistola te apuntara en la sien: quieres escapar pero no puedes ni moverte.

jueves, 17 de febrero de 2011

Ginebra 15.11

Limones rojos, gotas de lluvia
hielo picado sobre la cuna.
Canción del alma que cae en el verso
canción helada, canción de invierno

pensamientos 02

Mi abuelo no era mi abuelo, era el abuelo del barrio.
El abuelo del mundo.